domingo, mayo 28, 2006

estrella olímpica

por cierto, el viernes conocí a una leyenda del boxeo mexicana. nada más ni nada menos que Antonio Roldán, campéon olímpico de peso pluma en México 68. donde lo conocí?

el viernes por la tarde, después del trabajo quería ir a Condesa a comer y paré un taxi, un vocho (taxi volkswagen).

el taxista, así sin más, sacó un album, y me ensenyó varias fotos con personalidades de este país (incluso una con Fox y su esposa) y mujeres rubias con muy poca ropa. me ensenyó también una foto con el púas olivares y el mantequilla nápoles, esos sí me sonaban. después me dijo, sabes quién soy? yo le dije, ni idea. pues soy uno de los tres medallistas de oro en México 68, Antonio Roldán.

efectivamente. este tipo fue quien el 26 de octubre del 1968 hizo vibrar a los 20 mil mexicanos que estaban dentro del Arena México y a los más de 20 mil que esperaban afuera, cuando venció al afroamericano Alfred Robinson en la final olímpica de peso pluma. Roldán me decía, "ese cuate comía y bebía carne especial, tenía una dieta dirigida. yo na más comía chilaquiles, pero en el ring me lo chingé en 14 rounds. antes si habían buenos boxeadores aquí. ahora hay puro puto". [hay que anotar que en ese instante estábamos saliendo la zona rosa, donde abundan jóvenes gay. así que el comentario era bastante acertado si uno miraba a su alrededor].

AR: de qué parte de la república eres compadre?.

RM:no soy mexicano, soy de ecuador, le respondí.

AR: ay hermano, como julio jaramillo. no sabes tú cuantas pedas he agarrado oyendo a tu paisano y bebiendo pulque. a mi mujer le gustaba bastante.

[estábamos en un semáforo y en ese momento comenzó a cantar partes de 'nuestro juramento' y le comentó a un policía que estaba parado en la esquina]

AR: oye poli, mira llevo a un ecuatorenyo. cómo se dice? ecuatorenyo?

RM: no, ecuatoriano.

[después, mirándole el culo a una gordita que se agachaba en la vereda, con un pantalón muy ajustado, le comentó al policía]

AR: oye poli, crees que yo quepa ahí? jajajaja.

AR: [ahora dirigiéndose a mí] tienes algún problema? acuérdate que todo tiene solución.

RM: porque me preguntas si tengo un problema?

AR: porque desde aquí del espejo te veo la cara. de cuando en cuando se te va la sonrisa y se te frunce la frente, como si te acordaras de algo.

RM: realmente no tengo nada. solo que a veces en esta ciudad uno no sabe lo que puede pasar ni a quién se va a encontrar. [al principio yo estaba super acojonado con este loco]

AR: alivíanate hombre, yo no te voy a ser nada. acá a los extranjeros les tratamos bien. por acá había otro ecuatoriano famoso, cómo se llamaba este cuate?

RM: me imagino que te refieres alex aguinaga, le dije.

AR: sí, sí, aguinaga hermano, del necaxa.

en eso llegamos a la Condesa y me tuve que bajar. al principio me dio un poco de miedo andar con este tipo tan acelerado y excéntrico en el taxi, pero después me cayó bien y hasta me dio pena bajarme del taxi. me hubiera gustado seguir charlando con este personaje y tomarnos un par de cervezas.
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