miércoles, noviembre 07, 2007

viaje relámpago

el lunes pasado decidí hacer un viajecito relámpago a España. Como Rosa está por su trabajo en Münster y se iba a pasar el fin de semana largo en Nules, decidí darle un sorpresita y aparecerme en el aeropuerto.

Ella no sabía nada, pero como es de esperarse en las mujeres me dijo, "ya se me había pasado por la cabeza que ibas a venir..." al parecer las mujeres tienen una cierta percepción superior para estas cosas o si no la tienen, les gusta hacernos sentir que los hombre somos muy predecibles.

En fin, el cuento es que el jueves a las 9am llegué de México DF a Valencia después de un vuelo bastante largo, pero agradable porque al lado mío se sentó un sr. catalán muy conversador. Moli me fue a recoger al aeropuerto y acto seguido nos fuimos a desayunar junto con Ista al Aquarium. Lugar frecuentado por personas que parecían militantes del PP y/o hijos de familia que van a escuelas del opus. En el Aquarium desayuné con un cortadito, un bocadillo de jamón y un vasito de jugo de naranja valenciana.

Como a las 13.30 nos acercamos junto con Carol al aeropuerto de Valencia a recibirle a Rosa que llegaba de Colonia. En el aeropuerto nos encontramos con Manolo, María y María Jr. que habían ido a recoger a Rosa. Sorpresa nro 1. Ni idea que iba a estar yo.

Rosa salió con sus maletas y se quedó boquiabierta al verme. Pasada la impresión nos fuimos todos juntos a Nules a comernos una paellita con toda la flia. La comida estuvo muy buena y la sobremesa también. Haciendo un gran esfuerzo, con la ayuda de algunos gin tonics, me fui a dormir a las 9pm. Al otro día me levanté tempranito y salí a caminar. Una vez en el centro del pueblo no pude dejar de pasar por la Caja Rural para tomarme un cortadito con un bocadillo de tortilla. No se que tienen los cafés cortados de la Caja, pero me encantan.


Los siguientes días los pasamos tranquilitos, con la familia y sobrinos. La hora de comer para mí siempre es una alegría, especialmente cuando estamos en España con la flia de Rosa. Como es época de robellones, los comimos de varias formas. Los que más me gustaron fueron los que recogió un primo de Rosa en la sierra de Eslida porque tenían mucho color y sabor.

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